Editorial: Adolescencia y los Sentidos de la Educación

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La distancia que separa la realidad educativa y las experiencias vividas por las y los adolescentes nos deja varias lecciones sobre las cuales queremos reflexionar. La principal es que no puede haber un diseño educativo que no recoja sus opiniones, demandas e inquietudes, y que no cuente con su participación protagónica con el fin que este sea retroalimentado constantemente.
El caso de las tecnologías de la información tal vez sea el más emblemático: niños, niñas y adolescentes tienen acceso a una serie de herramientas y medios sobre los cuales docentes y familiares no tienen mayor conocimiento ni dominio. Esto no solo representa un potencial peligro para la integridad física y psicológica de los primeros, sino que se constituye en una oportunidad educativa desperdiciada. Y la brecha será cada vez mayor en la medida que no se cambie el actual paradigma educativo, según el cual las y los docentes solo están capacitados para enseñar y no para aprender de sus estudiantes.
Y esta es justamente otra lección que debemos recoger: la necesidad de cuestionar el paradigma educativo que brindamos a las y los adolescentes. El mundo está cambiando y la educación debe adaptarse a los nuevos retos. La escuela no es el único ámbito de aprendizaje ni los “conocimientos”, tal cual como los hemos conocidos hasta hace poco, son lo único que se aprende. La educación trasciende los muros de las escuelas no solo por la tecnología sino también porque las y los adolescentes forman comunidades y grupos según sus intereses, para realizar actividades o incluso reclamar y ejercer sus derechos (como es el caso de los LGBT). Por lo tanto, los espacios de aprendizaje, lo que se aprende y cómo se aprende presentan una multiplicidad de variantes que difícilmente podamos abarcar desde el paradigma educativo vigente en el Perú.
En ese orden de cosas, ¿cuál es la educación que necesitan las y los adolescentes? Esta es una pregunta que no puede ni debe ser respondida desde los adultos. Además, la respuesta debe pasar por revisar la estructura del sistema educativo nacional, incorporando a la adolescencia, así como a la juventud y a la niñez, en la construcción del proyecto país que todos y todas anhelamos.
El compromiso de Foro Educativo con las y los adolescentes es trabajar juntos, para y desde ellas y ellos, buscando erradicar toda visión y concepción adultocentrista en la educación, apoyando sus iniciativas y propuestas. Solo así, sumando sus voces y estando dispuestos a modificar lo necesario para que estas sean tomadas en cuenta, se podrá hablar de una educación que tenga sentido para todas y todos, pero especialmente para las y los adolescentes.