Educación y buen vivir

El buen vivir, como noción educativa se convierte en una filosofía de vida más compleja  la cual podría entenderse como “vida abundante y prolongada”, una vida en la que hay “de todo para todos y con todos”. El “buen vivir” es la adaptación de este concepto ancestral a la realidad actual, en el contexto especial del cambio climático y demás situaciones contemporáneas que afectan el medio ambiente.

Este fue uno de los alcances del conversatorio “Buen Vivir y Educación: La experiencia de la pedagogía chacarera”, organizado por Foro Educativo en el marco de los preparativos del seminario Los Sentidos de la Educación a realizarse el 13 y 14 de noviembre de este año.

Esta actividad contó con la participación de Elena Pardo, representante del Centro de Promoción de Sabidurías Interculturales, y de Marco Bazán, de Tierra de Hombres. El evento tuvo lugar en la sede de nuestra institución.

Nelly Claux, Directora de Foro Educativo, estuvo a cargo de dar la bienvenida los invitados y de moderar el conversatorio entre los asistentes. La noción del buen vivir o bien vivir proviene del concepto quechua “Sumak Kawsay”.

Sobre la relación entre el buen vivir y la educación, Elena Pardo mencionó que esta “se trata de acercarse de otro modo a la naturaleza y de reencontrarse con nuestras culturas (ancestrales), de mirar a los otros, entrar en contacto y aprender de ellos; más que de interculturalidad, se trata de un diálogo entre sentires y saberes”. Agregó que, si bien los niños y las niñas cantan, desempeñan quehaceres agrícolas y realizan ceremonias, los proyectos educativos “ayudan a mejorar los nexos entre estudiantes, sus docentes y sus familias, ocupándose de sus emociones y recuperando la memoria colectiva”.

Por su parte, Marco Bazán comentó que las actividades vinculadas al buen vivir se dan en el marco de un sistema educativo que no descuida el desarrollo de las materias establecidas en el Currículo Nacional: “justamente los chicos mejoran su rendimiento en ciencias occidentales en la medida que les pierden el miedo, y esto se logra cuando se identifican y se sienten cómodos con sus propias lenguas y procedencias”. “Se trata de ir más allá de lo que pide el sistema educativo, de desaparecer el quiebre entre escuela y comunidad, y de hacer que la escuela se enfoque en la vida (y viceversa).

Elena Pardo y Marco Bazán coincidieron al enfatizar la importancia de las emociones humanas, pues “problemas como la violencia de género y otros que nos aquejan solo pueden abordarse si primero se logra sensibilizar a las personas en relación con sus semejantes”. Ambos finalizaron señalando que el punto de intersección entre el sistema educativo que propone el Estado y la propuesta del buen vivir, apunta al “equilibrio entre el sentir y la razón, encontrando en ello un sentido para la educación”. 

En este video pueden ver los detalles del conversatorio.